El pasado día 26 de marzo, Viernes de Dolores, tras la solemnísima Función Principal de Instituto, vivimos otro momento que ya quedará grabado en la historia de nuestra Hermandad, pues tuvimos la dicha de recibir un presente extraordinario, por su belleza y por todo lo que lleva detrás de simbología y de afecto.
Ante la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores, los hermanos del Pusillus Grex hicieron entrega del presente que con motivo de la Coronación Canónica, ha materializado una vez más el hermanamiento entre dos corporaciones a las que les une muchísimos lazos de fraternidad.
Se trata de un corazón traspasado por los siete puñales, realizado en plata, oro, esmaltes y pedrería en estilo rocalla por Orfebrería Bernet, que la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores lucirá en su pecho.
Se trata de una auténtica joya, de exquisito diseño y ejecución, realizada por y para la Señora de los Dolores. Una pieza que mezcla el corazón y los dolores de la Virgen, con la simbología guadalupana. Dos Hermandades unidas en un mismo corazón, que es el de María: Guadalupe y Dolores.
El corazón ornamentado con hojarasca rococó y pellejinas de estilo rocalla, combina el signo del propio corazón traspasado con las siete espadas, con un radiante de sol que lo envuelve en su conjunto.
Se corona con rosas de Castilla que aluden a la simbología guadalupana, presente además en la leyenda del listel repujado en su parte inferior: Non Fecit Taliter Omninationi, desde donde cuelga una pequeña medalla de la Imperial Mexicana. Advocación en la que seguimos apoyando la descripción con el enriquecido ornamental de los ámbar, aludiendo a los primitivos pueblos indígenas o las perlas por ser Emperatriz de las Islas Filipinas.
En cada una de las dagas se representan las escenas de la corona dolorosa realizadas en cerámica. Para finalizar con un sol radiante combinado entre rayos rectos y flamígeros, que como dice la popular cancioncilla: es un sol que le cubre la espalda.
Se trata de un exvoto, una muestra de cariño, fervor y devoción que sabemos que es sincera y verdadera, que se demuestra a diario, y que la Virgen lucirá en su pecho con el órgullo de que es símbolo de amor de sus hijos y de nuestros hermanos más queridos.
Muchísimas gracias, hermanos. Que el Señor en su Soberano Poder os lo premie.