PASOS

PASO DE MISTERIO

El de misterio es de madera de cedro dorada y estofada, de estilo neobarroco. Procede de la Hermandad de la Sagrada Columna y Azotes de Nuestro Señor Jesucristo y Mª Stma. de la Victoria de Sevilla, conocida popularmente como Las Cigarreras, a la que fue adquirido en 1975. El canasto fue realizado por Enrique González, en 1895 y los respiraderos se realizaron en 1917. El faldón delantero lleva el escudo bordado en oro de la corporación sevillana que se ha querido mantener en recuerdo de la procedencia del paso. El canasto del paso fue dorado en 1992 y los respiraderos se restauraron y doraron entre los

años 1997 y 2002 por Amalia Morales y Felisa Garcia. El conjunto está iluminado por seis candelabros de guardabrisas, con siete luces los de las esquinas y cinco luces los centrales, realizados por Talleres Pineda en 2005 y dorados por Amalia Morales y Felisa García en 2006. También lleva cuatro ángeles pasionarios, situados en los candelabros de las esquinas y dos parejas de ángeles mancebos en el centro, realizados en madera de cedro, estofada y policromada por el escultor sevillano Miguel Ángel Domínguez Velázquez en 2006.  El llamador del paso es de Orfebrería San Francisco, de 1993.

El grupo escultórico del paso de misterio es una auténtica joya. Está compuesto por tres sayones y un centurión romano. Los dos sayones que golpean la espalda del Cristo de las Misericordias  fueron adquiridos a la sevillana Hermandad de las Cigarreras en 1980, sustituyendo a los antiguos procedentes de una factoría de Olot. Estos sayones forman parte de un grupo escultórico, compuesto también por una tercera figura, que aparecía agachada, en actitud de coger un haz de varas verdes  de abedul, avellano y fresno, llamado vitis, que los romanos utilizaban entre otros instrumentos para las flagelaciones. Este tercer sayón no  fue vendido y actualmente es propiedad de la Hermandad sevillana, pero en el año 2010 fue cedido por esta Hermandad a la nuestra, firmándose un documento de cesión gratuita de la imagen por diez años para que pase a formar parte del grupo escultórico de nuestro paso de misterio, con el compromiso por parte de nuestra Hermandad de restaurarlo.

Las tres figuras de judíos o sayones, que son de talla completa y están vestidos a la turca, aparecen por primera vez en el inventario de la Hermandad de la Sagrada Columna y Azotes de Sevilla (Las Cigarreras) de 1713 “tres judíos nuevos de madera….”, y en otro inventario de 1722 aparecen como “ytem tres judíos nuevos de madera questan en el paso de el Santísimo Christo de la Columna estofados”. Estos inventarios nos dan la secuencia completa del origen de estas tres figuras de la Hermandad de la Cigarreras. En 1713 aparecen tallados en madera y sin estofar –lo que nos habla de encargo a escultores y no de imágenes compradas a otra hermandad- y ya en 1722 aparecen estofados y se vinculan al paso de la Columna y Azotes.

Entre 2010 y 2012 los tres sayones fueron restaurados en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en Sevilla y con la restauración se ha descubierto verdaderamente el valor artístico que poseen, pues bajo muchísimos repintes ha aparecido una rica policromía, con estofados, falsos estofados y unas carnaciones con multitud de matices que estaban ocultos por gruesas capas de pintura.

Los dos flagelantes tienen los ropajes tallados y el torso desnudo, y uno de ellos porta un singular caso coronado por un sapo. El tercero está completamente vestido con calzas, jubón, camisa y sombrero. Destaca sobremanera la fealdad de los rostros, su aspecto malvado, con prominentes bigotes y defectos físicos – uno presenta una verruga en la sien y al otro le faltan varias piezas dentales-, sin duda alguna para crear en el espectador la sensación de crueldad en los tormentos sufridos por el Redentor.

Es muy difícil realizar una atribución con algún fundamento a los autores que entre 1710 y 1713 se encontraban trabajando en la ciudad de Sevilla. Ello es debido a que en este tipo de imágenes secundarias los defectos se potencian y no se cuida tanto la perfección anatómica, por ser secundarias, y además tampoco existen figuras similares que hayan llegado hasta nuestros días, para poderlas comparar.

Lo que si hay que hacer hincapié, es en el valor patrimonial de estas tres esculturas porque a su indudable calidad artística, se une la ausencia de otras imágenes de la época barroca, de este mismo estilo. Se trata pues, de un grupo escultórico único de las imágenes secundarias de Semana Santa.

En 2013 se ha completado el grupo escultórico con un centurión romano.Se trata de una escultura de talla completa realizada en madera de cedro policromada y estofada, por el escultor sevillano Fernando José Aguado Hernández. El centurión romano va situado en la trasera del paso y porta en su mano izquierda una alabarda. Guarda una perfecta conjunción tanto en los rasgos con los tres sayones procedentes de la Hermandad de las Cigarreras de Sevilla. De esta manera podremos ver en la calle un conjunto armónico a pesar de los años transcurridos entre la hechura de una y otras tallas.

PASO DE PALIO

El paso de palio lleva bordados en oro y sedas del Convento de San Rafael, de Sanlúcar de la década de los años 50 del siglo XX en techo de palio, manto y bambalinas, sobre terciopelo negro. 

Tanto el manto como el palio  fueron restaurados, ampliados y pasados a nuevo terciopelo  en 1996 y 1997 respectivamente por el Taller de Bordados Santa María Magdalena, de Cádiz. 

Los varales fueron realizados en alpaca plateada por los Hermanos Delgado en 1994 y destacan por su sencillez y originalidad. La candelería es de Orfebrería Villarreal, siendo las dos últimas tandas realizadas por Orfebrería San Francisco, de Sanlúcar, entre 1984 y 1996. Los candelabros de cola son de Orfebrería Villarreal en metal plateado de 1976, siendo las coronitas de Orfebrería Mallol, de 2003.  Las jarras son de Orfebrería Villarreal, y las jarritas de Villarreal y Orfebrería San Francisco. El llamador del paso fue ejecutado por Orfebrería San Francisco y representa un roleo y un ángel sosteniendo el corazón con los siete puñales. La corona de la Virgen es de plata de ley  sobredorada, donada por hermanos y devotos,  de  Orfebrería Villarreal. Le fue impuesta a la Virgen en la Solemne Eucaristía celebrada con motivo del 250 Aniversario de la Fundación de la Hermandad el día 15 de septiembre de 1982. Los respiraderos son obra de Orfebrería Mallol, realizados en alpaca plateada en 2004, cobijando en la capilla frontal una miniatura  de la Santísima Trinidad, en alusión al Templo en el que la Hermandad reside. Los faldones fueron realizados por Isabel Cuadrado en 2004, en terciopelo negro, con todo el perímetro bordado con un diseño similar al del techo de palio, bambalinas, manto y saya de la Virgen.

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