El dia de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, conocido también como el día de la Purísima, se ha inaugurado el Belén de nuestra Hermandad.

Dadas las medidas de seguridad preventivas contra el COVID-19, el Belén tendrá ahora visitas en horario de mañana, de lunes a sábado de 10 a 13:30 horas. Dicho horario se podrá modificar según las normativas socio-sanitarias, de los cual informaremos oportunamente.

En esta ocasión y tras la gran aceptación por parte de los devotos y hermanos del Belén del pasado año, y también como medida preventiva para que no se acumulen muchas personas ante el presbiterio ante el Belén que tradicionalmente se monta, volvemos a contemplar a la Imagen de Nuestra Sagrada Titular, Santa María Reina de Todos los Santos, y a Su Divino Niño. Completa el misterio en esta ocasión, la Imagen de talla completa del siglo XVIII del Patriarca Señor San José de nuestra sede canónica en homenaje al 150 aniversario del patronazgo sobre la Iglesia Universal.

El misterio se sitúa a los pies del altar mayor, bajo la mirada de Nuestra Sierva, Madre y Reina de los Dolores, un altar mayor adornado especialmente para la celebración de la venida del divino infante, con luces navideñas, flores de pascua y lentisco.

La Virgen está sentada sobre un trono y porta saya de terciopelo color burdeos y manto de tisú de plata, ambos bordados en oro. La Imagen de San José, se encuentra revestida con un manto de terciopelo color cazuela bordado en oro, y se ha enriquecido su báculo de azucenas con un galón de oro y un ramillete de flores de talco. Porta sobre su mano, la corona del Niño Dios, que se encuentra en la cuna, sobre una nube de querubines.

En el aspecto simbólico, la puerta del Sagrario permanece abierta, pues Dios que nos espera cada día en el Sagrario, viene al mundo para redimirnos, y sus llaves reposan en la cuna del Niño Dios, junto a una estrella que simboliza a Jesucristo como luz del mundo. También podemos ver el ancla de la esperanza, que es la que nos trae el nacimiento del Niño Jesús, y la esperanza por que acabe este tiempo de tanta incertidumbre. La media luna está a los pies de la Virgen como símbolo de gracia y pureza. A los pies del divino Infante, se sitúa un relicario con una cinta con la medida de la verdadera columna donde flagelaron al Señor, y el Escapulario Servita de Nuestra Madre de los Dolores, en alusión a Nuestros Sagrados Titulares. En el centro, podemos ver una granada, que simboliza el mundo, las puntas del cáliz que rodean los estambres, la corona de Cristo Rey, y los granos, la fertilidad y unidad de la Iglesia extendida por toda la Tierra. La Virgen lleva una abeja en su brazo, que simboliza la laboriosidad, la sabiduría, la regeneración y la obediencia. Encontramos también una nao por el aniversario de la circunnavegacion y la evangelización del nuevo mundo. A los pies de la cuna, dos arcángeles sostiene un espejo y una rama de palma. La palma que significa la victoria sobre los enemigos del alma, en alusión a los mártires y el espejo de justicia, que es María, tal como rezamos en la letanía. Finalmente, tal como propone la Federación Española de Belenistas, se ha colocado una rosa blanca a los pies de la cuna en recuerdo de las víctimas de esta pandemia.

El Belén ha sido diseñado por Juan Manuel Jurado Moreira, que se ha encargado también de la dirección del montaje y del asesoramiento artístico.

Se trata de un extraordinario Belén alegórico, lleno de simbología, donde cada cosa tiene su por qué, pues además de la belleza de la representación, tiene un profundo contenido teológico y simbólico.

Desde estas líneas queremos mostrar nuestro más profundo agradecimiento a todos los hermanos y devotos que han hecho posible una vez más que ante la difícil situación que padecemos, la luz y la alegría inunden nuestra iglesia de la Santísima Trinidad. Al equipo de mayordomía de nuestra Hermandad, que siempre está dispuesto a afrontar cualquier reto. A Daniel López por el exorno floral, a Antonio Bejarano, que ha vestido magistralmente a la Reina de Todos los Santos y en especial, a Juan Manuel Jurado y a Óscar Torres por su inestimable ayuda en todo lo que le solicita nuestra Hermandad, que es la suya.

Han sido muchas horas de montaje y mucho trabajo previo. Sin embargo, el esfuerzo ha merecio la pena, pues el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo se celebra una vez más con todo nuestro amor, en la Iglesia de la Trinidad.