Cuando solo queda un año para que la corona se pose sobre las sienes de nuestra Sierva, Madre y Reina de los Dolores, miramos hacia atrás con satisfacción y alegría por todo lo realizado hasta hoy, y miramos hacia adelante con el vértigo y la responsabilidad que supone estar a la altura de un acontecimiento tan extraordinario.

Han sido muchos pasos los que hemos dado, con enorme esfuerzo, con muchísimas satisfacciones, no exentas de sinsabores y decepciones. Sin embargo la Virgen, que siempre va por delante, se encarga de allanar el camino y ponernos de nuevo en la senda marcada, para que la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Dolores sea como tiene que ser.

Queda mucho camino por recorrer, mucho trabajo por realizar, muchas noches sin poder conciliar el sueño y mucha recompensa por recibir.

Damos gracias al Señor, que por mediación de Su Madre, la Señora de los Dolores, nos ha puesto en el camino de la culminación de este sueño, para el que sólo queda un año. A él nos en encomendamos para que nos de la fuerza, el talento, la sabiduría y la perseverancia que vamos a necesitar.

Alabado sea el Señor.