En un Miércoles Santo especial, posiblemente el más bonito de nuestra vida, tenemos que dar las gracias.
En primer lugar al Señor, por permitirnos disfrutar de momentos únicos e indescriptibles como los de ayer. Por vivir en Hermandad el espíritu penitencial de nuestra razón de ser y el momento de alegría, que forma parte de nuestra personalidad más íntima.
Muchas gracias a todas las personas que con un simple gesto, una mirada, unas lágrimas, una velas o una flor, hicieron que en el día de ayer se manifestara una vez más el amor y devoción de todo un pueblo a Nuestros Sagrados Titulares.
Muchas gracias a todos los hermanos que asistieron con un silencio y un recogimiento dignos de toda admiración a la Estación de Penitencia, donde se pudieron vivir momentos de plenitud espiritual que quedarán para siempre en el recuerdo.
Muchas gracias a nuestro Director Espiritual D. José Palomas y a N.H. D. Juan Jacinto del Castillo, por estar a nuestro lado y por hacer de la Estación de Penitencia un acto solemne y único.
Muchas gracias a N.H.D. José Ramón Pérez Saborido por solemnizar con su música todos los momentos de la celebración, con las piezas más adecuadas para cada instante.
Muchas gracias a todas las Hermandades y representaciones que nos visitaron y a la multitud de personas que con un perfecto orden y respeto, acudieron a la Iglesia de la Trinidad.
Muchas gracias al Grupo Joven por colaborar y estar dispuesto para todo y la cuadrilla de costaleros de nuestra Hermandad por su ofrenda floral y por estar presente en este esplendoroso día.
Muchas gracias a todos por hacer posible un Miércoles Santo único y especial. Alabado sea el Señor en su Misericordia infinita y su en los Dolores de su Santa Madre